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Marcas que también se conocen con otro nombre

Las marcas no siempre mantienen su nombre comercial durante toda la vida de la empresa. Hay ocasiones y/o motivos externos que, a veces, provocan un cambio de nombre inesperado.

Ya sea un cambio en el logo, en los colores de la marca, en su imagen corporativa, por motivos legales, comerciales o políticos… las marcas cambian de nombre sin que nos demos cuenta.

Te contamos algunos casos notables.

MAGNUM de Frigo también conocido como MAGIC

Empezamos la lista con Frigo, la compañía con sede en Barcelona que últimamente ha generado cierta polémica por no traducir al castellano sus productos en Cataluña.

Frigo tiene en su catálogo uno de los helados más conocidos en el mundo, Magnum, que es como lo conocemos en España y en casi todo el planeta.

Con excepción de Grecia, donde se le conoce como Magic. ¿El motivo de esto? La competencia directa, Nestlé, se le adelantó en el país griego y registró el nombre mucho antes. Frigo en este caso estuvo vivaracho, un ligero cambio de palabra para matener su popular «M» y listo.

Duracell era antes P.R. Mallory & CO

Muchas canas o muy buena memoria tenéis que tener para saber que P.R. Mallory & CO, Inc. era un fabricante de baterías industriales y militares hace un tiempo.

El nombre de esta marca proviene del apellido familiar de los fundadores, pero tras lanzar en los años 60 su famosa pila Duracell, es una década después cuando deciden cambiar el nombre de la marca.

El motivo claramente fue impulsar las ventas, y fue un movimiento más que acertado, pues desde eso han pasado 40 años y siguen líderes, con una gran acogida en la población.

Además del nombre comercial, se añadió al conejo a modo de mascota, y hoy en día es prácticamente imposible separar un icono de otro.

Las marcas Burger King y Hungry Jack’s son la misma

En plena expansión mundial de la famosa cadena americana de hamburguesas, Burger King se llevó una sorpresa en Australia: su nombre ya estaba en uso, en concreto en la ciudad de Adelaida.

El dueño de la primera franquicia de Burger King en Australia, Jack Cowin, tuvo que decidir qué nombre utilizar en su lugar.

Elegió Hungry Jack, pero fue finalmente la marca quien añadió el apóstrofe final para darle el toque de gracia… así que ya sabéis, en Australia ir a un Burger King no es ir a tomar hamburguesas, es otra cadena de restaurantes.

AXE (Hacha) o Lynx

El problema que se encontró la marca francesa líder en desodorantes en el mundo fue cultural al intentar vender sus productos en distintos países.

La traducción de Axe en lengua anglosajona en un mundo demasiado políticamente correcto fue una barrera comercial para la marca, pues su significado es «hacha».

Sí, la connotación agresiva de la palabra (vaya chorrada) tuvo su repercusión en Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda, con el consiguiente cambio de nombre.

El nombre final que eligió la compañía fue Lynx para estos países. En países de habla hispana se mantiene Axe.

Vodafone cambió su nombre por una fusión

Vodafone, que ya cambió su nombre de «Airtel» debido a la compra de la compañía, en África se conoce como Vodacom por el mismo motivo.

Debido a la adquisición de la empresa africana conocida por Telekom, y su posterior fusión, los directivos tuvieron que jugar con las marcas de las dos compañías, resultando Vodacom.

Para no perder la identidad, los colores se mantuvieron pero ya en 2008 cuando Vodafone adquirió el 70% de la compañía, eliminó las últimas trazas de azul mediante la campaña «Vodacom is red».

Mitsubishi y su fatídico modelo Pajero

La marca japonesa Mitsubishi, desconocedora del rico lenguaje hispano y latino, lanzó un modelo de coche para el continente sudamericano al que bautizó como Mitsubishi Pajero.

El nombre tenía todo su fundamento en esta localización. El equipo de marketing nipón se inspiró en una variedad de jaguar conocido como gato pajero, por habitar normalmente en los pajonales.

Ya os podéis imaginar las risas del equipo de Mitsubishi España cuando lo vieron. Evidentemente, y por sus connotaciones sexuales y lo vulgar de la palabra, lo cambiaron rápidamente por el modelo Montero.

Un zasca para la cadena Dunkin’

En 1950 cuando William Rosenberg inició su empresa de donuts en Massachusetts, Estados Unidos, jamás pensó el éxito que le esperaba. Su nombre nace de un juego de palabras que en castellano sería parecido a «remojando donuts».

Cuando la cadena fue lo suficientemente grande y se decide a dar el salto al resto del mundo se llevó un ligero chasco en España, y es que «Dónuts» ya era una marca registrada por Panrico.

Según nuestra legislación ninguna otra empresa puede emplear este nombre. No les quedó más remedio que hacer un mix un tanto raro y se quedó (en España, claro) como Dunkin’ Coffee.

Estos son solo algunos ejemplos de lo que ocurre con las marcas en un mundo rebosante de globalización, pero hay muchísimos más ejemplos, algunos con mejor suerte que otros.

Mazda Laputa o Nissan Jetta son otros dos que se nos vienen a la cabeza bastante chistosos… ¿Recuerdas algún otro caso similar?

José María

Ingeniero de formación, es un apasionado de pantallas, teclas, códigos, matemáticas y jeroglíficos varios; cuenta con un enfermizo síndrome obsesivo-compulsivo por el detalle y el trabajo bien hecho.