Comercio Electrónico

Cuida tu contenido. Consejos para vender más por Internet

No nos vamos a cansar de decirlo. El secreto del posicionamiento radica en dos cosas, una parte técnica, y contenido.

Según nuestra experiencia, y ojo que llevamos ya muchos años en esto, pensamos que el éxito o fracaso de nuestro posicionamiento es un 25% gracias a la tecnología, y un 75% por la calidad de nuestro contenido.

Y, tal y como está evolucionando Google, es posible que estos valores hayan variado a favor del contenido.

Tecnología y SEO

No nos queremos extender mucho aquí, porque esto será carne de otro post, pero con tecnología nos referimos a la respuesta del servidor (que esté optimizado a tope, TLS -actualizado a la última versión, 1.2-, tiempos de respuesta de menos de 100ms, varnish, balanceadores, esas cosas).

En menor medida, parte técnica en la aplicación web: buena usabilidad, buena disposición responsive, UX/UI, schemas, sitemap, robots bien configurados, etcétera.

El contenido para SEO, la verdadera salsa

Google cada día es un poquito más «inteligente» y se vuelve más estricto con lo que considera «contenido único». Esto significa que nuestros textos tienen que ser 100% únicos y originales.

Si de Google dependen más del 95% de las visitas de un sitio web europeo, queda claro que es vital.

Para descripciones de productos, en caso de tener una tienda online, solo existe una primera impresión. Si al cliente no le interesa lo que está leyendo, se irá. Si se va, lo más probable esque no vuelva y compre el producto en cualquier otra parte.

Una de las razones más importantes para escribir buenas descripciones es evitar que el cliente quiera buscar información en otra página web.

La descripción de un producto o el post propiamente dicho es lo que da valor en una página web. Hay que entender muy bien que los clientes que nos compran online no pueden tocar el producto, solo pueden ver imágenes.

Lo único que les proporciona una información adicional a lo que tienen en su cabeza es la descripción del producto.

Lo mismo se aplica si lo que escribimos es un artículo.

Saber quiénes son nuestros clientes y qué tono utilizar

Apuesta por lo seguro: textos que no sean demasiado serios, con un tono ligero, y con palabras que entienda todo el mundo.

Si vendes o hablas de algo excesivamente técnico, debes poner un enlace a un glosario o un sitio web que lo explique formalmente. Si no lo tienes, mira, aquí tienes otra buena fuente de posicionamiento en tu página… ¡crea uno!

Un buen ejemplo de descripciones semi-técnicas en un tono amable y fácil de leer lo puedes encontrar en esta página de fotografía: www.foto24.com.

Sus descripciones te convencen de que necesitas el producto. Tratan de resolver al mismo tiempo las posibles preguntas técnicas que puedas tener relacionadas.

Combina beneficios con datos técnicos

Los datos técnicos constituyen la información esencial de un producto, pero lo que de verdad hace que puedas venderlo son los beneficios del producto para el cliente.

La gente suele comprar basándose en sus emociones. Debemos empatizar con él y entender qué está buscando: una solución para un problema. Todo el mundo compra porque cree que ese artículo solucionará su problema.

No te conformes solo con nombrar las características técnicas de tu producto. Explica al cliente para qué y cuándo lo necesitará.

Explicarle al cliente los beneficios que tiene un producto para él / ella es la única forma de convencerlo para que nos compre.

Hay que explicarle «cómo» le va a ayudar y «por qué» le hace falta.

Un buen ejemplo de esto que estamos diciendo puedes encontrarlo en este enlace de MotherCare. En cada punto dan información «técnica» pero añaden un beneficio.

También debes anticuparte a posibles dudas que puedan tener los clientes. Tal y como han hecho en el punto de «Designed for a Smooth Shave», explicando que te protegerá y no será malo para ti, algo que probablemente todos nos preguntemos con según qué productos.

Algunas posibles preguntas que te ayudarán pueden ser:

  • ¿Quién podría usar este producto?
  • ¿Cuáles son sus características más desctacas?
  • ¿Dónde se puede usar el producto?
  • ¿Cuándo usarás el producto?
  • ¿Por qué nuestro producto es mejor que los demás?
  • ¿Cómo se usa, para qué?

Antes de escribir sobre un producto, piensa unos minutos sobre posibles dudas o preguntas de clientes e inclúyelos en el anuncio, en los puntos claves.

Otro punto a tener en cuenta son los comentarios de clientes que compraron un producto similar. Una buena fuente para esto es Amazon.com.

En Amazon podrás encontrar dudas y/o entender lo que les importa más a los clientes, e incluir esa información en tus propios anuncios (o fichas técnicas).

Recuerda que los clientes no quieren saber sólo qué hace o qué es, quieren saber cómo les va a facilitar la vida, es decir, qué problemas resolverá tu producto.

Utiliza más verbos y menos adjetivos

Los verbos dan una sensación de movimiento. Y tienes que estar rápido, pues los compradores potenciales en tu web no suelen tener mucha paciencia. Debes captar su atención desde la primera frase que lean.

Fíjate en la diferencia entre:

This cute, little sleeping bag is perfect for your one year old baby.

Y esta otra:

This bright sleeping bag gives your baby plenty of room to kick and wriggle without the worry of getting tangled in layers of bedding. He will never wake up cold having kicked his bedding off. Your baby will feel safe even in unfamiliar surroundings.

Emplea más verbos que adjetivos en las descripciones de tus productos. No uses siempre las mismas palabras, ni para los clientes ni para Google.

Existen páginas de sinónimos muy útiles en estos casos, tira de tu sentido común y no elijas palabras muy especiales, sino sustantivos que una persona normal utilizaría en el contexto del producto.

Debes ser creativo. Si tienes a usar la misma palabra, expresión o coletillas muchas veces, tómate el tiempo de crear un buen listado de sinónimos al que acudir cuando estemos agotados mentalmente.

Ojito a frases estándar del tipo: «High quality material». Cuando un cliente lee esto, pensará automáticamente: «sí, claro, lo mismo que dicen todos».

Y razón no le falta. ¿Quién en su sano juicio escribiría algo tildándolo de mediocre? Evita, por lo tanto frases así. En su lugar, nombra el material y otórgale una característica o un beneficio en concreto: duradero, ligero, le servirá para … etcétera.

Haz el texto lo más legible posible

Aplica sentido común. Los textos no deberían ser bloques enteros ni frases separadas. Tiene que ser textos que sean fácilmente y, sobre todo, sin faltas de ortografía. No te olvides de las palabras de transición.

Procura que las estructuras de los textos sean diferentes siempre. Las fichas técnicas o anuncios de tus productos no deberían tener la misma forma básica. Debes darle una vuelta y ser original todo el tiempo.

En reglas generales, ten presente estos consejos:

  • Describe los puntos claves como un listado de puntos. Coloca los beneficios más importantes primero. Lo ideal es tener unos 5 o 6 puntos clave. Como son «esenciales», resúmelos, pero siempre busca un beneficio que añadir.
  • La ortografía tiene que ser perfecta.
  • No empezar cada frase con cosas del estilo «El XXXPRODUCTNAMEXXX». Google podría darse cuenta de que estás empleando tokens.
  • No flaquees. Busca todos los días la forma de añadir algo de «valor» en el contenido de tu página. No vale con hacer el esfuerzo el primer día y luego echarse a dormir.
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José María

Ingeniero de formación, es un apasionado de pantallas, teclas, códigos, matemáticas y jeroglíficos varios; cuenta con un enfermizo síndrome obsesivo-compulsivo por el detalle y el trabajo bien hecho.